domingo, 10 de agosto de 2008

SEGUNDA PARTE

Después de lo de mi querido José y su hermana me quede muy triste, pero por suerte tenia a mis hermanos. Era gracioso vernos, los cinco íbamos por las calles de Logroño agarrados de la mano, siempre juntos. En el internado había un enorme comedor, teníamos gimnasios y teníamos un teatro. Recuerdo una vez que prepararon unas actuaciones para los padres de los niños.
Según la edad hacíamos una cosa diferente yo recuerdo que me toco salir disfrazada de cocinera, llevaba un gorro que era mas grande que yo y me pintaron unos coloretes, jeje, que graciosa que estaba, no recuerdo que es lo que hice pero si lo que llevaba.
A mis hermanos les mandaron hacer una actuación musical. Salíamos a la calle y hay estaban practicando para su baile yo practicaba con ellos y llego la hora de que salieran, iban guapisimos.
Salieron totalmente disfrazados con sus guitarras, etc. Al rato les tocaba ya el baile que tanto practicamos y yo sentada mirándoles con total admiracion. Y como era una niña, no se me ocurrió otra cosa que subirme al escenario y me puse a bailar con ellos. A la gente le encanto, todo el mundo se puso en pie y yo feliz mire entre el publico. Buscaba a mi madre y a mi padre y como era lógico no estaban. Cuando todo acabo los padres se reunían con sus hijos, nosotros nos quedamos solos nadie había venido a vernos. Hay me di cuenta de que no nos querían que estábamos solos pero juntos, algo es algo. Los años pasaron y te acostumbras a los internados es tu casa.
Nos vacunaban, cosa que me daba terror, nos mandaban lavar nuestros bañadores para poder ir a la piscina al día siguiente, bueno muchas normas que había que cumplir. También estudiamos allí, lo teníamos todo, menos lo mas importante alguien que nos diera su calor su cariño y ese beso de buenas noches que yo tanto ansiaba.
Cuando me quedaba poco para hacer la comunión me ocurrió algo que me transformo la vida, algo que hoy en día no he podido olvidar. Eramos muchos niños en el internado y no había ningún control de nada. Un día de repente oigo que me están llamando por los altavoces, a mi y a mis hermanos. Teníamos visita eran mis papás que ilusión me hacia, pero yo no podía salir de donde estaba, solo oía mi nombre una y otra vez y yo sin poder ir. Al cabo de un rato conseguí escapar y subí escaleras arriba a toda prisa y en esto me encontré con una de las monjas que estaban allí. Y esta me dijo: -¿ Donde estabas? ¿ Como estas tan sucia? que mal hueles. M e agarro fuertemente del brazo y me dio una bofetada en la cara y otra en el culo. Sube arriba, duchate ponte el pijama y vete a la cama te quedas sin cenar y sin ver a tu madre. Y o no quería miraba tras de mi y a lo lejos, mientras esta me arrastraba por el pasillo, logre ver a mi madre con mis hermanos. Llore de rabia y dolor y me quede sin verla y sin poder explicar que me paso.
Después de ese día me transforme en una niña mala. No estudiaba, insultaba a las monjas en fin pasaba de todo. Mi hermano el mayor era el que me decía lo que estaba bien y lo que estaba mal. Yo le hacia caso pero al que mas quería era a mi tato Andrés, eramos como uña y carne.
Llego el día de mi comunión estaba contenta porque iba a ver por fin a mi mama. Me pusieron un vestido horroroso, tenia rayas grises por todos los lados en fin pésimo. Salíamos de dos en dos y todos los familiares ya estaban sentados. Yo tenia una sonrisa resplandeciente cuando estaba cerca del cura mire a mi alrededor en busca de mama pero no la vi. Me invadió una gran tristeza ni siquiera esta vez a venido. Cuando acabamos, fuimos al comedor y para sorpresa mía hay estaban sonreí y fui corriendo a los brazos de mis padres. Todo transcurrió mas o menos bien hasta que me puse celosa. Me enseñaron las fotos de mis dos hermanos mayores el día de su comunión, estaban guapisimos y que regalos les dieron. Yo estaba impacienta por ver mi regalo. Cuando de repente saca mi padre una bolsa de plástico y me la da era una bolsa llena de chuches que mierda, me puse muy triste pensé que me darían una pulsera o una cadena para llevarla siempre conmigo pero no. Mi padre me llevo con el coche a dar una vuelta con el coche a mi me encantaba, me ponía música y yo feliz. Llego la despedida y yo no quería: sacame de aquí llevame contigo mama. vi como se iban mientras yo lloraba porque sabia que no la volvería a ver mas.
y así fue no la volví a ver nos abandono, pero ¿porque?, ¿que hemos hecho mal?

2 comentarios:

Maria Seco López dijo...

Los niños no tienen la culpa de nada...y los adultos tampoco.
Vete tu a saber qué problemas tenian tus padres en ese momento, qué circunstancias les rodeaban
No podemos juzgar a los demás por habernos hecho daño, seguro que tus padres deseaban lo mejor para vosotros y por eso tomaron esa decisión
Por otro lado la tendencia que tenemos tambien es a pensar o a sentir aunque sea de modo inconsciente, que algo habremos hecho para merecernos el abandono o el castigo y no es verdad.
Yo creo que lo único que hemos hecho tanto de niños como de adultos, es amar con todo nuestro corazón, aunque hayamos cometido errores en las decisiones que hayamos tomado.
Tus padres os querían y mucho, de eso puedes estar segura.
Así como tú les amaste a ellos.
Eso nadie te lo puede quitar del corazón, que es donde ellos viven contigo, te cuidan, te adoran, sientelo, merece la pena.
Nunca más te sientas sola porque no lo estas.

eva dijo...

CIELO AGRADEZCO TUS PALABRAS PERO TE PUEDO ASEGURAR QUE NO SIENTO NADA POR AQUELLOS QUE ME ABANDONARON SI SIGUES LEYENDO MI BLOG MAS ADELANTE TAL VEZ ME COMPRENDAS TENGO MUCHO QUE CONTAR QUERER QUIERO A QUIENES ME HAN DADO CARIÑO, ME HAN ACONSEJADO, ARROPADO E INCLUSO CASTIGADO PUES ESTUVIERON CONMIGO UN BESAZO Y GRACIAS POR TUS PALABRAS