DECIMA PARTE

Cuando paso muy poco tiempo de nuestra vuelta al orfanato nos llamaron de nuevo y nos dijeron que la familia con la que habíamos estado querían que fuésemos de nuevo.
Así que recogimos nuestras cosas nos despedimos de todo el mundo y rumbo de nuevo para el pueblo.
Yo estaba nerviosa y a la vez contenta por volver.
Fuimos en un coche descapotable blanco y cuando estábamos en el pueblo la gente nos miraba pero a mi me daba igual ya quedaba poco para llegar a nuestro nuevo hogar.
Escogimos cada uno una habitación y Concha dijo que se pasaría para ver que tal iban las cosas.
No se el tiempo exacto que paso desde que llegamos hasta que mi hermano se marcho de allí, pero lo que si recuerdo es que nos compraron una bici a cada uno y una burra, a la que llame bochi, jejeje. Estábamos bien y de repente vino Concha de nuevo y mi hermano estaba haciendo las maletas. Se acerco a mi y me dijo:
-Tata yo me voy a ir
-No quedate conmigo tato
-tata tu tienes que quedarte aquí, vas a estar mejor
-pero yo quiero irme contigo
-No te preocupes te prometo que vendré a verte siempre y que vamos a estar juntos
Te quiero mucho pero ya veras que bien vas a estar aquí
- Vale pero ven a verme
En esto concha se acerco y dijo que tenían que irse. Aunque estaba contenta por quedarme, sentí una gran dolor al ver como se alejaba mi hermano, observe el coche alejarse de mi y cuando avanzo un trozo corrí y grite no te vayas que me voy contigo, me cogieron mis padres adoptivos y me metieron dentro de la casa.
Me metí en mi habitación y comencé a llorar desesperadamente, que dolor sentía.
Y como si de una película se tratase vi a todos mis hermanos y los comencé a echar de menos, que había hecho fui egoísta, luego pensé en lo que me dijo mi hermano que vendría a verme y eso era lo que me dio fuerzas para superar el dolor que sentía en ese momento.
Al poco tiempo mi tato vino a verme y como un rayo salí y le bese una y otra vez, y le decía quiero irme contigo, no quiero seguir aquí.
Mis adoptivos veían como me ponía cuando veía a mi hermano y sucedió lo que ojala no hubiese pasado nunca, me dijeron que no iba a verle nunca mas.
La siguiente visita de mi hermano fue muy dura, pues llamo al timbre y pregunto por mi y mi padre adoptivo le dijo que no estaba y que no quería verle.
Yo estaba escuchándolo y cuando me disponía a subir y a llamarle mi madre adoptiva me cogió me tapo la boca y me retuvo para que no le viera.
A raíz de ese día mi hermano intento verme y siempre le decían que no estaba y gente del pueblo me decían:
-Eva acabo de ver a tu hermano, me ha preguntado por ti va a dar una vuelta por el pueblo con la bici va con unos amigos en tu busca
Y de la alegría que sentí cogí mi bici y sin ni siquiera usar los frenos fui en su busca, pero no lo encontré.
Fue la ultima vez que vino y tuve que asumir que no le volvería a ver mas, pero tenia la foto en la que estábamos los cinco hermanos y todos los días la miraba y la besaba sin que me vieran mis adoptivos, para que no me rompieran la foto, y soñaba que algún día volveríamos a estar todos juntos, como antes.
Y a partir de entonces comenzaron mis verdaderos y grandes problemas.